domingo, 21 de octubre de 2007

Homenaje al Che en Larroque







El pasado domingo 14 de octubre se realizó la jornada en homenaje al "Che" Guevara, por los 40 años de su asesinato. Fue en Larroque (a 50 km de Gualeguaychú), y hubo proyección de videos, venta y consulta de libro, afiches, un rapaso por su vida y su obra. Y fue cerrada con la actuaciónde badnas locales. Acá, algunas fotos.

sábado, 25 de agosto de 2007

Logramos una y vamos por más

La última novedad, de la que nos enteramos el Jueves 23 de agosto, es que los jueces de la Cámara Penal dictaminaron el sobreseimiento en nuestra causa.
Todavía tenemos que revisar bien el dictamen, para ver el presedente que deja, tal vez no sea tan favorable pero aún así es un buen paso.
Ahora debemos seguir con la lucha por la no criminalizació de las distintas formas de protesta social, menos aún de la no violentas. Por la no naturalización de los monumentos ridiculos a la muerte.
Muchas gracias a quienes nos apoyaron. Ya tendremos nuevas noticias

Los Pintatanques

sábado, 28 de julio de 2007

Agradecimientos a quienes nos apoyan

Agradecimiento de Viento de Libertad


Los integrantes del grupo Viento de Libertad, con sede en Oro Verde, agradecemos la solidaridad que recibimos de numerosas personas e instituciones, cuando se enteraron de que el intendente de Oro Verde pidió graves sanciones, incluso la cárcel, al acusarnos de pintar las palabras “Paz”, “Amor” y “Argentina” en un viejo tanque de guerra.
Primero queremos agradecer al abogado y amigo José Iparraguirre que siempre estuvo a nuestro lado, desde que fuimos detenidos. También a la asociación Barriletes que reunió a diversas instituciones y dirigentes y expuso nuestra situación.
También agradecemos al pueblo de Oro Verde, que primero reclamó en Multisectorial contra el Tanque, y luego del procesamiento pidió el retiro del tanque de ese lugar o una Consulta popular, junto a dirigentes de distintas ciudades.
Al Servicio de paz y Justicia (Serpaj), cuyos integrantes nos manifestaron su solidaridad.
Agradecemos además a los numerosos personas e instituciones que pidieron que la Justicia nos desprocese y que el intendente derogue el decreto. A Concejales de Oro Verde que reconocieron que nunca votaron por ese “monumento” al Sherman. A nuestros compañeros estudiantes y centros de estudiantes que expresan de distintas maneras su adhesión. A las y los periodistas y los medios de comunicación, que se mostraron muy atentos a la situción; a nuestros familiares. A los artistas, docentes, estudiantes, empresarios, obreros, amas de casa, dirigentes sindicales, poíticos, etc.
Agradecemos especialmente al señor Enrique Pereyra que nos dio una mano fenomenal, divulgando la situación adentro y afuera de la Unión Cívica Radical. Por supuesto a la CTA y Agmer que difundieron nuestra situación y nos acompañaron.
También agradecemos a Jorge Daneri y la fundación M’ Biguá, al presidente del Comité Provincial de la UCR, al presidente de la Juventud Radical Nacional, a los dirigentes que presentaron una carta de desagravio ante este comité, a los numerosos dirigentes y legisladores como Lucy Grimalt, Beatriz Montaldo, Julio Majul, Fabián Rigel y Osvaldo Fernández.
A Ricardo, el primo del intendente Carlos Schmidt, que nos envió un saludo muy sentido desde Buenos Aires.
Al ex Fiscal de Investigaciones Administrativas Oscar Rovira, a Osvaldo Quiroga y a la revista El Colectivo, a los miembros de M.A.R. y demás agrupaciones artísticas, al presidente de la Corporación del Desarrollo de Gualeguaychú Enrique Castiglioni, a la Unión de Estudiantes Secundarios. A Norberto Levy y Gualberto Ocampo.
A la Asociación Judicial de Entre Ríos, al Movimiento 20 de diciembre, al Centro de Estudiantes Facultad Cs. De la Educación, Centro de Estudiantes de Ingeniería (UNER), al sitio www.accesolibre.org , a La Red de Participación Popular, a la agrupación Todos por Fernanda, a H.I.J.O.S. (Paraná), a AGMER Provincial, a AGMER Paraná, a SIMECA E.R. (Sindicato Independiente de Mensajeros y Cadetes), al Movimiento Trabajadores Mercantiles, a C.A.T.S. (Confederación Argentina de Trabajadores de Servicio), a la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA), a la Fundación Eco Urbano, a Fundación Incluir (Gualeguaychú), a la Asociación de Profesionales Universitarios de la Comunicación ( A.P.U.C.); a la Fundación Mujeres Tramando, a la Unión Vecinal Oro Verde; a Juan Martín Basgall, Juan Manuel Jiménez, Marcela Di Luscio, Juan Casís, Ricardo A. Sánchez, Silvina Calveyra, Andrea R. Retamar, Verónica Nardín, Héctor Godoy, Claudia Genolet, Silvia Ayala, Silvia G. Díaz, Pablo A. Acosta, María Sol Acosta, Estefanía Macchi, José Luis Dume, Luis A. Toso, Ernesto R. Roth, Jorge Basso, Elena Riegelhaupt, Mónica Ormache, Maximiliano Zené, Yanina Franco, Cristian Lara, Dafne Cis, Oscar Londero, J. Carlos Vicentín, Sergio Elizzar, Jessica Pérez, Nelson Edgardo Vera, Mariana Casas, M. Florencia Albornoz, Matías Germano, Daniel Camiolo, Miguel Pita, y muchos otros que escribieron cartas a los medios, hablaron por las pantallas o la radio, llamaron por teléfono, colaboraron de muchas maneras, o tuvieron expresiones de simpatía por la situación que afrontamos.

martes, 24 de julio de 2007

Oro Verde. Tanque de Guerra. Familia Maiztegui

Irregularidades en Oro Verde y Villa Urquiza (Entre Ríos)

Los Maiztegui en la mira


Lo que no habían podido diversas denuncias periodísticas lo lograron los jóvenes pintores del tanque de guerra: colocar en el foco a Horacio Maiztegui Martínez, asesor legal del municipio de Oro Verde y una de las máximas autoridades del Congreso de la Unión Cívica Radical; y a sus padres Horacio Maiztegui Marcó, Procurador Fiscal en esa comuna y ex ministro de la dictadura, y Zaida Martínez de Maiztegui Marcó, escribana única de ese municipio.



Lo sorprendente de la modalidad de trabajo de esta familia de profesionales paranaenses es que repiten exactamente sus procedimientos en Oro Verde y Villa Urquiza, dos municipios con vieja tradición radical y vinculados, en la interna de ese partido, a la familia Varisco Mastaglia.

Es que el Decreto número 33 de la comuna, que denuncia a los pintores del tanque de guerra, hace referencia en varias oportunidades a la Asesoría legal, y esto sirvió para que los vecinos de Oro Verde aclararan que ese cargo es compartido por los Maiztegui padre e hijo, y que el modelo de trabajo en familia es similar al que fue denunciado en varias oportunidades en Villa Urquiza desde hace por lo menos una década.

El 17 de mayo pasado, bajo el título “La plata de la otra campaña”, el periodista Juan Cruz Varela denunció en el semanario Análisis que “el municipio de Villa Urquiza habría fraguado una licitación para una obra de tendido de la red cloacal y utilizado ese dinero para la campaña electoral de 2005 en la que el intendente Hugo Appelhans era el tercer candidato a diputado nacional en la lista que encabezaba Sergio Varisco”, e involucró en los detalles al entonces asesor legal de la comuna, Horacio Maiztegui Martínez, a quien adjudicó la tarea de realizar la arquitectura jurídica para el llamado a licitación, con una serie de vicios.

“Se trató de una maniobra para desviar ese dinero a la campaña del radicalismo. A tal punto queda demostrado ello, que Dionisio José Abellaneda actualmente tiene un contrato en el Congreso Nacional porque se desempeña como chofer de Sergio Varisco; y Horacio Maiztegui Martínez, que desde hace varios años es asesor legal del municipio de Villa Urquiza, es el presidente de la Mesa del Congreso del Comité Capital de la UCR y era el locatario de la casa en la que la empresa Constructora San Francisco SRL había fijado domicilio legal a los efectos de esta licitación y en la que vivía el propio Abellaneda. ‘La verdad es que Appelhans es un buen tipo pero tiene pocas luces, no pudo haber armado esto. Ahí hay otra mano’”… Frente a la gravedad de las denuncias, Maiztegui optó por callarse.

El silencio del profesional provocó descontento en las filas de la UCR, pero eso se convirtió en ira cuando se reveló el sistema de trabajo de toda la familia en los dos municipios y se apuntaron las escasas luces de los asesores legales del intendente de Oro Verde, al punto de provocar un papelón con motivo de los graffitis. Ayer transcendió que media docena de dirigentes de renombre presentarán documentación en el Comité Provincial contra las actuaciones de Maiztegui, para que el Congreso analice su conducta, y se supo que el propio presidente del Comité, Raymundo Kisser, llamó por teléfono a los jóvenes procesados para pedirles disculpas y ponerse a su disposición. Lo mismo hicieron dirigentes nacionales de la juventud, y numerosos radicales de la provincia.

Todo se hizo más patético cuando en la comunidad, y en particular entre los simpatizantes de la UCR, se supo del Decreto de Oro Verde que cantaba loas al Ejército de “siempre”, calificaba de “agraviante” la palabra “Argentina”, y pedía condenas para los artistas, y más cuando en Oro Verde señalaron que el asesor paranaense no estaba solo allí, sino con sus papás.

El hecho trajo a la memoria un antecedente poco edificante de Horacio Maiztegui Marcó (padre): su participación durante la última dictadura como Secretario de Estado de Bienestar Social en el gobierno provincial. Y otro antecedente que habla de reincidencias varias: ya en 1998, hace casi una década, un semanario local titulaba “El poder de los Maiztegui”, y hacía referencia a las incompatibilidades de Maiztegui hijo asesorando a la vez a dos municipios, y a los contratos que beneficiaban a los Maiztegui padre, madre e hijo en Villa Urquiza. Exactamente lo mismo que en la Oro Verde de hoy.

Frente a la acumulación de descontentos y acusaciones, numerosos políticos pidieron al intendente de Oro Verde que anulara el decreto de acusación, al tiempo que reclamarían al Congreso que tome cartas en el asunto que involucra a las dos comunas. Así las cosas, los dirigentes que tuvieron protagonismo en el club estudiantes, el Rotary Club, Acludepa, el Colegio de Escribanos y la UCR, sin contar el paso de Maiztegui Marcó por la dictadura, durante el gobierno del brigadier Rubén Di Bello, fueron puestos abruptamente en la mira y no del tanque precisamente. En Oro Verde, algunos dirigentes del partido vecinal que tomará las riendas de la comuna en diciembre ya estudian qué hacer con el tanque y sus defensores. Por lo pronto, se preguntaron en forma pública cuántos ingresos obtuvo toda la familia en los últimos tres lustros, pero aún no lograron respuesta.

viernes, 13 de julio de 2007

Vecinos de Oro Verde pidieron que retiren el tanque de guerra

Más de 200 vecinos de Oro Verde y 30 dirigentes de distintas ciudades de la provincia entregaron hoy una carta dirigida al intendente Carlos Schmidt –UCR-, para pedirle que retire el Monumento al Tanque de Guerra instalado en esa ciudad.
También manifestaron su solidaridad con los manifestantes que repudian al tanque las Máximas autoridades del radicalismo provincial y nacional, con lo cual quitaron todo apoyo a la denuncia presentada por el mandatario comunal contra estudiantes que pintaron las palabras Paz y Amor sobre el artefacto bélico, y terminaron procesados por el juez Héctor Vilarrodona.
Estudiantes universitarios y del secundario, docentes, artistas, profesionales, empleados, gremialistas, comerciantes y periodistas firmaron el pedido, todos ellos habitantes de la ciudad firmaron el documento, pero se sumaron al reclamo dirigentes conocidos en la provincia como Sergio Elízar, secretario general de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos, Agmer; Edgardo Massarotti, secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado, ATE; el sindicalista y ambientalista Tomás Caíno, el dirigente de la Corriente Clasista y Combativa Alejandro Sologuren, el periodista Juan Carlos Bettanin, el fotógrafo Martín Toyé, entre otros.
La directora de la escuela Alfredo Alfonsini, Anexo Alberdi, Nora Restano, y la ex directora de la escuela Rosario Vera Peñaloza, Silvia Díaz, ambas de Oro Verde, e incluso el director de la Carrera de Historia de la Universidad Nacional del Litoral, Luciano Alonso, o el músico Ernesto Méndez y su esposa, la profesora Branda Espinosa, se sumaron al reclamo contra el Monumento belicista.
“Si las autoridades legislativas y ejecutivas de Oro Verde entienden que, por alguna razón que se nos escapa, esa máquina bélica puede quedar allí, pedimos que se analice la posibilidad de convocar a una consulta popular en la que participen todos los vecinos”, dicen los firmantes y agregan: “y si no ven viable esta alternativa, sugerimos entonces que permitan que los artistas locales y de la región expresen sobre ese vehículo los profundos sentimientos de paz y amor que caracterizan al pueblo entrerriano”.
Por otra parte, los estudiantes procesados informaron que recibieron decenas de adhesiones, incluidos docentes, legisladores provinciales, dirigentes políticos y de instituciones intermedias, pero además el presidente del Comité Provincial de la Unión Cívica Radical, Raymundo Kisser, los llamó por teléfono y les manifestó su solidaridad. El secretario del Comité, Bruno Frizzo, les dijo además que adhería absolutamente a las expresiones pintadas sobre el tanque.
El presidente del Comité Nacional de la Juventud Radical, Emiliano Afara, publicó una carta de “repudio, tanto hacia el obrar de la justicia penal, que roza el ridículo, como respecto a la denuncia de asociación ilícita presentada desde una Municipalidad gobernada por hombres de nuestro partido”.
“No hacía falta acudir a la justicia penal si se querían eliminar las palabras pintadas de “Paz”, “Amor” y “Argentina” hechas sobre un tanque que se esta desgastando, felizmente sin guerras. Desde ya que nos quedamos con las pintadas hechas por Juan Manuel Marengo, Jairo Xavier Fiorotto y Santiago Fiorotto, hacia quienes va nuestra solidaridad. Por otra parte, el caso constituye un claro ejemplo de dispendio jurisdiccional por parte de la justicia penal. Los juzgados de instrucción –o fiscalías- debieran ocuparse de asuntos más serios, aunque toquen intereses poderosos”, dijo Afara.

LOS MAMÍFEROS IDÓLATRAS

“No los une el amor sino el espanto. Por eso les temo tanto”.

Juan Sasturain


I

En el centro cívico de Asunción del Paraguay, frente al Congreso de la Nación, hay un tanque de los “Vickers ligeros” –una serie de blindados anterior a la Segunda Guerra Mundial–, que fue puesto como monumento. Se trata de uno de los tres tanques de guerra que Bolivia usó contra el Paraguay en la guerra del Gran Chaco: los bolivianos los recibieron como parte de un acuerdo de tres millones de libras esterlinas que habían firmado con la corporación inglesa de armamento, mientras se preparaban para la guerra, y un equipo de instructores alemanes les enseñaron a usarlos. Entonces, Bolivia tuvo el dudoso honor de ser el primer –y hasta hoy el único– país sudamericano en utilizar tanques en batalla en una guerra abierta declarada contra otra nación en suelo sudamericano. Los paraguayos, que eran demasiado pobres, y apenas si podían equipar a su ejército con armas de mano, montaron una cuadrilla especial y fueron a la caza de los tanques con el cuerpo. Buscaban el modo de detener el tanque y lo sitiaban hasta que sus conductores se dieran por vencidos. De los tres tanques, uno fue destruido, y dos capturados. Uno fue devuelto a Bolivia, y el otro fue puesto allí, en Asunción, como emblema, en una plazoleta que separa el Congreso de una villa miseria. El motivo de que el tanque esté como monumento, explican los paraguayos, es recordar que nunca debe haber guerra otra vez entre países hermanos. Pero, por las dudas, alguien se encargó de actualizar el blindado con un detalle significativo: los cañones apuntan derecho hacia la legislatura.



II

La madrugada del 25 de mayo de 2006, la Policía detuvo con disparos de armas de fuego y pistola en mano a tres jóvenes, acusados de decorar el monumento al tanque de guerra ubicado en la ruta 11, en el ingreso de Oro Verde. El acta de inspección policial de esa noche es increíble: “…El cañón se encuentra pintado con diversos colores sobre el color militar originario, sobre su lateral derecho teniéndose en cuenta que se lo mira de frente se lee la palabra PAZ en letra mayúscula imprenta de color rojo y azul, y en la parte trasera tiene escrita la palabra AMOR, al costado derecho la palabra PAZ nuevamente…”. El decreto de la Municipalidad para denunciar penalmente a los autores, un día después, es mejor aún: habla de “insignias y pintadas agraviantes a toda una comunidad”; repudia la actitud hacia este “homenaje al Ejército Argentino” que “siempre ha luchado conforme su mandato para salvaguardar los destinos de nuestra Patria” y pide una condena de hasta diez años por “Asociación ilícita”. Ahora, ay dios, un año más tarde y después de haberlos llamado a declarar cuatro veces, el juez Héctor Villarrodona decidió procesar los pintatanques por daños calificados.



III

Por momentos, la evolución de este asunto resulta tan absurda que desborda cualquier análisis. Tratar de comprender qué piensa y cómo piensa esta gente (los policías, la Municipalidad y sus asesores, el juez; todos) se hace imposible. Como hecho concreto, sin embargo, la noticia me despierta un temor tribal: hay un grupo de gente gris y estúpida, que no sólo se dedica a dictar o a ejecutar habitualmente acciones mediocres o dañinas, si no que además poseen el suficiente margen de acción como para tratar de imponer su mirada hasta en estos límites. O están convencidos que hay una mayoría que piensa igual, o son terriblemente brutos, o les importa tres carajos lo que la gente piense de esta demostración absurda de poder, y del contrasentido que significa (el Estado soy yo; a mí no me toqués mi tanque; acá vos hacés lo que yo digo). En cualquiera de los tres casos, es para temblar de miedo. El temor tribal es preciso: hay una asociación ilícita de soldados de la licuadora y el orden, una tribu de mamíferos idólatras de los cañones y la disciplina, una horda primitiva que se rasca las axilas a gusto delante de un tanque inútil, y que harían mover a la risa si no fuera porque son capaces de poner a rodar las imbecilidades más increíbles y avanzar con la misma soltura en la definición de límites para la vida colectiva.



IV

Vamos, vamos, ¿la Patria? Vamos ¿la Patria? Yo no tengo nada que ver con esta gente que adora la lata militar: la ubicación geográfica, el azar, y el arbitrio burocrático nos condenan a esta convivencia; rasgarse las vestiduras por las grandes palabras siempre ha sido emblema de hipocresía. El avance del mamífero idólatra sobre la vida puede sumir a la gente a ese terreno donde las palabras son las cosas: tanque es Ejército, Ejército es Patria, la Patria soy yo que quiero tener un tanque en el patio, el pintatanques es enemigo de la Patria. Parece estúpido, pero no lo es. Las consecuencias para la vida (“Ser es arder, en el sentido más estricto del término”, como dice Henry Miller) pueden ser terribles. Si pudiese torcer la mirada de un tanque secuestrado a los bolivianos, no me alcanzarían los cañones para sentirme seguro entre esta gente.

Eliezer Budasoff (ANÁLISIS)

miércoles, 14 de marzo de 2007

Declaración Martes 13, Toma 3 y vamos por más

Martes 13, Toma 1: Nosotros, los pintatanques, miembros de Viento de Libertad, fuimos citados a declarar, Martes 13 de febrero, ante el juez Vilarrodona. Nos citaron a declaración indagatoria por pintar Paz y Amor sobre un tanque de guerra, como será para quienes roban y matan. Dejamos nuestras ocupaciones para ir hasta ahi, y dedicarle el tiempo que nos requirieran. Cuando llegamos, nos dicen que no, que no era ese día, estaba mal la citación, era el 13 de marzo (también estaban mal los apellidos, pero es otra historia), después veríamos que también era martes 13.

Martes 13, toma 2: El segundo martes 13 del año, en Marzo, volvimos por aquel lugar, que parece haber salido de una versión macabra de Alicia en el Pais de las Maravillas, con muchos reyes de corazones...
Llegamos, faltando a la facultad, dejando de lado otras obligaciones, dejando exámenes...Pero no importa, pensamos, así es cuando se quiere militar por algo que se cree justo. Llegamos, por segunda vez, ahora con la fecha correcta. Pero ese día tampoco pudo ser, al parecer el juez estaba de turno (algo que se estipula con anterioridad para todo el año) y no se había acordado al momento de fijar la fecha. Absolutamente frustrados fuimos haciendo algunos trámites de rutina para el proceso, pasamos por un médico, que no sabemos todavía que tenía que hacer, fuimos a que nos entintaran los dedos en antecedentes, donde luego de 1 hora de espera nos atendieron, y nos mandaron de vuelta con las fichas con nuestras huellas. Las entregamos en tribunales y nos fuimos, ahora a esperar que nos vuelvan a citar...

Martes 13, final: Ahora estamos por nuestra cuenta, esperando que llegue la citación, queda a su juicio la relación entre los hechos y la fecha; superstición aparte, si fue muy curioso. Por lo pronto seguimos en movimiento y esperamos que la citación no sea para el 3er y último martes 13 del año, en noviembre, pero como se dice por ahi...la tercera es la vencida.

Hasta ahi había quedado todo...hasta que nos volvieron a citar...

Martes 3, y más: Nuevamente llegó a nuestros domicilios la tan esperada citación judicial. Como de costumbre vimos que a todos nos hubiera llegado y le avisamos al abogado (nos demoramos un poco en hacerlo, pero no previmos que de nuevo nos volveríamos sin nada resuelto) y fuimos. Ésta vez martes 3 de abril a falta de 13. Cuando llegamos notificamos en la entrada y esperamos que llegue nuestro defensor (aprovecho para agradecele a José por todo). Muy tranquilos estábamos, ya se nos hizo una costumbre, cuando apareció José después de haber pasado por el Juzgado nº4 y nos dió las buenas nuevas. La citación nunca salió de ahí, nunca salió de ningún lado, valla uno a saber cómo llegó a nosotros, un error, una jodita quizás, hay muchas posibilidades, pero, como de costumbre, volvimos a lo nuestro a esperar....

continuará...

jueves, 22 de febrero de 2007

LOS DAÑINOS

Los dañinos.-
Oscar M. Rovira
……………………………
“si pudieran pensar
regresarían
a lavarse la negrura,
a borrarse las sonrisas engañeras,
a elegir los silencios de los sabios,
a pedir perdón en mil idiomas”.

Susana Pastrana, en “Canción para corruptos”


Dañinos uno
Casi seguro que fue en 1969…, en una de esas 68 ó 70. En cualquiera de esos años iguales ocurrió el suceso de aquel día en que, sin razón para esperarlo, los madrugadores de Federal encontraron embanderados casi todos los pocos y humildes edificios públicos. Con luz escasa todavía, vieron en los frentes las flamantes banderas argentinas; lindas, claro, pero raras por lo desplegadas y tiesas.
Algunos fueron rápidos para relacionarlo todo: “estamos en octubre…y hoy es 17”, y sonrieron con gozo y picardía, …otros sonrieron apenas nomás.
Pasado el mediodía en la Jefatura ya iban por la quinta de las que serían ocho declaraciones casi iguales: “…que entre todos decidieron hacer la pintada…, …que el 17 de octubre es una fiesta patria pero nunca ponen banderas, que por eso acordaron en hacerlo, …que reconoce los pinceles, tarros de pintura y escalera secuestrados que se le exhiben por ser los que utilizaron…”.
Al anochecer los ocho estaban ya ingresados en la Jefatura Departamental de Concordia, y a la tarde siguiente un abogado los oía entre curioso y divertido en el Patio Primero de la Cárcel de calle Alem, encausados por supuesto delito de daños. Todos jóvenes, formaban un grupo entusiasta rodeando al que parecía ser el mayor y sin duda que también el jefe; hombre de estatura mediana; revelaba firmeza de físico y carácter, conjugable con su extraño y noble oficio vocacional de trapecista, en plena actividad autónoma en los pueblos de la línea ferroviaria. Era él quien explicaba, hasta con la mirada expresiva y aguda, los pormenores de los hechos, las motivaciones, la prisión esperada… : “No se preocupe que estamos cómodos; vaya y trabaje tranquilo que aquí lo pasamos bien.”.
No se tomó casi tiempo el abogado para pedir la libertad condicional, y para argumentar en otro escrito que el delito de daños exige la precisa intención de causar un perjuicio material en cosa ajena; intención que en el caso estaba ausente del todo, porque era manifiesto que la de sus defendidos fue hacer pública la idea de gesta popular que entraña el 17 de octubre, digna de rememorarse como fecha patria, según muchos piensan, lo que es notorio; de allí que no hubieran utilizado signos partidarios sino la bandera nacional, símbolo que mal podía ser causa ni motivo de daños. En el peor de los casos, concluía, habrían violado alguna ordenanza municipal pero no el código penal, por lo que correspondía el sobreseimiento en la causa y la inmediata libertad.
El juez del crimen no se detuvo en analizar intenciones; prefirió encontrar que entre los frentes embanderados estaban los del Correo y de dos escuelas nacionales, de allí que la competencia para entender era del juez federal con sede en Concepción del Uruguay.
Siempre es molesto llevar a los presos la noticia de que se posterga sin término la libertad que se espera. Pero nada le caía mal al trapecista: “Mejor…cuanto más grande sea el lío, mejor …si ya se sabe todo hasta en Buenos Aires…, ¿qué van a decir…que estamos presos por pintar banderas o que estamos por peronistas?”.
El trapecista tenía razón, a esa altura de los hechos la disyuntiva planteada no dejaba lugar a salidas elegantes; se había equivocado el juez al dimensionar los intereses del poder.
A la mañana siguiente sonó temprano y sorpresiva la llamada del veterano secretario lego, ya el tono de voz traslucía la sonrisa de picardía que usaba para anunciar cosas raras:
-“Véngase que voy a largar a los pintores.”
-¿ Cómo…, y la incompetencia?
,-¿Qué incompetencia?
- Celedonio…, a mí me notificaron la incompetencia.
-Vamos, véngase en seguida que tienen que irse… ¿no quería la libertad?”.
Se fueron conformes después de todo, sobreseídos y famosos; hasta con tiempo para tomarse el ómnibus a Federal y ver todavía pintadas sus banderas argentinas.
A los pocos años el trapecista cambió su oficio por el de senador provincial; no hizo mal papel…, lástima que no supo el hombre volver a tiempo al trapecio.

Dañinos dos.
La explicación de que en Oro Verde, Entre Ríos, Argentina, exista y perdure en sitio público un tanque Sherman en clave de monumento, está dada por la conjunción de la prepotencia en los que mandan y la casi absoluta desaprensión por los valores colectivos que nos caracteriza a los argentinos en nuestra decadencia como sociedad.
Los hombres hicimos siempre monumentos, para memoria de lo heroico, lo bello, lo virtuoso. Pero el cachivache del caso, con nombre de general norteamericano, no es estético ni conmemora nada. Desplazado como está del ámbito de museo bélico que le es natural, ni siquiera se pudo suponer que despertaría interés. Es cierto que ante su notoria inutilidad no es de reprocharlo por intimidante; pero si nos sorprende sensitivos, y damos vía a recuerdos amargos, no dejará de ser abrumador.
Los Sherman fueron ideados para la guerra, como perfección del instrumento móvil de devastación que es el tanque. Los ingresaron al país como chatarra durante la primera presidencia de Perón; es de suponer que para entretener al gremio armado en las tan mentadas hipótesis de conflicto; durante la segunda de sus presidencias fueron sacados a la calle para derrocarlo. La noche de su caída utilizaron uno para derrumbar a cañonazos el edificio de la Alianza Libertadora Nacionalista, en la calle Florida, sin medir consecuencias, con el único propósito de apresar a Guillermo Patricio Kelly. En esos mismos días de septiembre del 55, según cuentan quienes lo vieron, otros tanques iguales, enviados por el general León Justo Bengoa, abrieron fuego y dispersaron con bajas a la multitud, hombres que sólo portaban palos enarbolando camisas y mujeres de pecho desnudo que desde los barrios suburbanos habían inundado el centro de Rosario al grito de ¡La vida por Perón!. En la madrugada del 17 de enero de 1959 cuatro tanques Sherman integraron la fuerza militar y policial que mandaron a desalojar el Frigorífico Nacional Lisandro de la Torre, ocupado desde días atrás por ocho mil de sus trabajadores que se oponían a la privatización bajo la consigna “Patria sí, colonia no”. Fue uno de esos Sherman el utilizado para tirar abajo el portón de entrada, sin reparar en la barrera humana que se había colgado de allí en un definitivo intento de resistencia. Más adelante trillarían -¿cuántas veces?- calles y caminos para que azules y colorados dirimieran en mascaradas entorchadas sus apetencias de poder; y luego, ¿en cuántos golpes y contragolpes los volvieron a mostrar?.
Sólo fueron instrumento de daños a personas y a la civilidad, esos tanques iguales al triste y ridículo de Oro Verde, ascendido de adefesio a “monumento”, por las ocurrencias sin fundamento legal de un desatinado con poder.
El último 25 de Mayo, un grupo de jóvenes –esos mismos jóvenes de quienes, curtidos de derrotas y pesimismo, nos empeñamos en preguntarnos dónde están- tomaron la iniciativa de ponerle el único sentido posible al mamarracho. Como viento de libertad que demostraron ser, llenaron de ideas y formas de belleza, vida y alegría a la que sólo recordaba violencia, tristeza y muerte. Trabajaron con calma, sin ocultarse, imagino que hasta cantando, …y esperaron. Ni aplausos ni homenajes esperaban, su juventud no los hace amigos de vanidades. Esperaron simplemente que la transformación llevara a pensar, comprender y sonreír; y también, ¿ porqué no?, a que en una de esas calara hondo y mostrara cómo el espíritu es capaz de convertir.
Algunos, claro, lo advirtieron y se alegraron, pero el hecho no trascendió de lo episódico ni el ámbito de lo local. Los “medios”, que le llaman, no suelen buscar sus primicias en lo profundo, donde el futuro no deja de gestarse. En la ponderación de “lo que interesa” a una humanidad agobiada por guerras y otras pandemias sociales, la imagen trasera de una muchacha argentina en ritmo de sacudida carnavalera se impone a la otra estática del tanque de guerra florecido y trocado en paz de Oro Verde.
Casi todo se vino a saber después, cuando algún fiscal de los que se acomparsan a la justicia penal, se hizo de tiempo por entre el cúmulo de tareas que no dejan de colapsarlos, y pudo pensar que concurrían elementos suficientes para presumir que la acción de embellecer los malos “fierros” emplazados a la vera de la ruta, es conducta que puede quedar atrapada por el delito de “daños”,… ¡y “daños a monumento”, para colmo!. A su razonamiento se encadenó el de un juez de instrucción y nuestros jóvenes pintatanques de Viento de Libertad se supieron “encartados” y citados a prestar declaración indagatoria…: en fin, en manos de los dañinos, como si fuera una versión moderna, corregida y aumentada de la historia de los pintores de banderas argentinas en Federal, se me ocurre.

Dañinos tres.
La justicia penal está siempre presta a brindar pie y andamiento a las inquietudes de los poderosos de toda laya; y suele ser tan diligente que con frecuencia se ocupa en suponerlas.
Los dañinos…, dispuestos a seguir ejerciendo, por sobre leyes y normas más venerables, lo que suponen sus atributos que vislumbran ilimitados. Es un error distinguir niveles diversos de iniquidad entre la indagatoria a nuestros pintatanques y la inoperancia ante cien modos de cuantiosos rapiñajes del dinero público. El rasero es el mismo, como si lo portara un Sherman allanará personas, bienes, montes, culturas. Lo que importa es que no se menoscabe al poderoso, no mellar el poder…, hasta el día que no esperan en el que un viento de libertad lo desprenderá de la mano de los necios.-

viernes, 16 de febrero de 2007

Carta publicada luego del 25 de mayo de 2006



CARTA ABIERTA DE VECINO A VECINO

“Porque llegando el dolor no existe rincón seguro
ni alivio en el trance duro que se compare al amor”.
Jorge Méndez.
“Hermosa tierra entrerriana, símbolo de rebeldía”.
Atahualpa Yupanqui.
“Para el amor, Entre Ríos”. J. Enrique Martí.
“Que la guerra no me sea indiferente”. León Gieco.
“Si muero aquí en tanto verde quizás vuelva florecido”.
Jorge Méndez
“La juventud tiene el derecho de tomar sus licencias”.
Linares Cardozo
“¡Demos a los niños un futuro de paz!”. Juan Pablo II

Queridos vecinos y vecinas de Oro Verde.

Molestamos su atención para tratar de aclarar un malentendido generado días atrás con motivo del tanque de guerra instalado en el acceso, que nosotros quisimos colorear y humanizar. Somos pintatanques de corazón, bien entrerrianos.
Antes que nada queremos explicar que nos sentimos parte de Oro Verde como cualquier vecino y amamos esta localidad que tanto nos da, y a la que tanto le debemos, y algunos de nosotros somos también de localidades vecinas y venimos asiduamente por razones de amistad, estudio, arte.
Respetamos las diferencias en torno del “Monumento al tanque de guerra” de la ruta 11, y no creemos que alguien sea mejor o peor persona por querer ese tanque de guerra allí o por rechazarlo. Eso está claro.
Se ha escuchado por ahí que la juventud es despreocupada, nosotros queremos demostrar que no, que como tantas chicas y tantos muchachos somos inquietos por los asuntos comunes.
Entendemos que la humanidad debe avergonzarse de las guerras. Más todavía desde que vimos los desastres que provoca, en directo, a través de la televisión que no estaba a mano en guerras pasadas. Las guerras son manchas en el corazón de la humanidad. Guerra es tristeza y horror. Sufrimiento extremo de niños, mujeres, gente inocente.
Creemos que un avión, por ejemplo, puede tener diversos usos y algunos de ellos muy humanitarios, y representa un gran avance de la tecnología. Los aviones son por eso admirables, como tantos avances de la cultura.
Ahora bien, ¿para qué sirve un tanque de guerra sino para matar personas?
Hay instrumentos que a lo mejor pueden ser útiles en determinadas circunstancias, pero no por eso nos enorgullecemos de ellos, no por ello les cantamos loas.
Valoramos el oficio de cada trabajador, empresario, ama de casa, docente, profesional. No desconocemos la función que pueda cumplir cualquier persona honorable, sea con mameluco, corbata, sotana, uniforme, guardapolvo, o con los cordones de las zapatillas desatados. Al mismo tiempo, creemos que los habitantes (nosotros incluidos) de este hermoso suelo de Oro Verde tenemos virtudes y defectos como cualquier mortal, y eso mismo ocurre con los gobernantes. El mejor gobierno del planeta puede cometer errores, ¿no es así?
Creemos que poner en dudas ese tanque de guerra no descalifica a nadie. La opinión sobre los gobiernos marcha por otros carriles. Incluso aquel vecino o aquella vecina que antes fue indiferente al tanque de guerra puede formar opinión propia ahora. ¿No es muy honesto escuchar razones de uno y otro lado, y luego opinar? ¿Qué importa si uno votó a Fulano o a Mengano pero no está de acuerdo con un punto de su gestión?
Con todo respeto, creemos que un tanque de guerra así como está es provocativo, agresivo, y pretende representar lo que no somos en Oro Verde. Un tanque de guerra nos desdibuja. Este pueblo es bello, productivo, trabajador, creativo, diverso, estudioso, moderno. No somos una comunidad guerrera ni lo queremos ser. Si por algo nos destacarnos en Oro Verde no es por la violencia sino por la bondad, la solidaridad, la ciencia. No por los fierros sino por el alma. ¿No es eso lo que nos enseñan nuestras maestras a diario?
Si ese artefacto hubiese sido conducido por un hermano nuestro héroe de Malvinas, o tuviera alguna historia especial en defensa de nuestra libertad o nuestra soberanía, entonces podría ser opinable. No es éste el caso. Estamos ante una chatarra que a Estados Unidos le sobraba. ¿Honraremos de por vida a un instrumento de la muerte? ¿Cuántos jóvenes murieron en forma atroz con la última imagen del cañón de este tanque en sus retinas?
Nos preguntamos: ¿por qué no sacar ese tanque de guerra y colocar allí una cosechadora, por caso, y dar así un ejemplo al mundo de cómo fuimos capaces de valorar la cara noble de la vida? Eso no iría contra ninguna institución, sería algo positivo en todo sentido y desde Oro Verde estaríamos dando un mensaje maravilloso, una buena noticia.
El que ha vivido una guerra abomina de la guerra. Y un tanque de guerra no es más que un montón de fierros y latas armados para la muerte, no podemos amar un tanque de guerra como amamos una paloma de la paz, un monumento a Belgrano; la imagen de un santo o de un “milagrero”, la tecnología, el trabajo, la ciencia, el trigo, la música..
Miremos estos ejemplos: ¿haríamos un monumento a la silla eléctrica? Nunca. ¿Haríamos un monumento al instrumento que mata los novillos en el frigorífico? ¡Jamás! Porque puede ser útil y muy usado en nuestra región pero no nos representa, no nos enorgullece. Y no es que nosotros estemos en contra, por eso, de los obreros del frigorífico o de los propietarios. Ellos tampoco harían monumento alguno a ese artefacto útil y desagradable a la vez, tan chocante como el tanque de guerra.
Alguien puede pretender que el tanque de guerra quede allí. Otro puede opinar que el tanque de guerra debe ser quitado. Uno no será mejor persona por pensar en un sentido o el otro. Nosotros no lo queremos. Pero tenemos una idea que puede armonizar las dos posiciones, creemos que ese tanque de guerra puede quedar allí, pintado con las leyendas que propusimos y pintamos: AMOR, PAZ, ARGENTINA, NO A LA GUERRA; con símbolos de paz, de no violencia, corazones y flores. Eso es lo que pintamos sobre las chapas y el temible cañón. Oro Verde puede reflejarse bien en un tanque con flores, nunca en el tanque preparado para matar, apuntándole a los viajeros. Como bienvenida, ¡un cañón!.. ¿Por qué no una flor?
No compartimos, en absoluto, esa idea extraña, descabellada, que divulgaron algunos por ignorancia, referida a que nosotros fuimos con aerosoles a ensuciar, a dañar. ¡¿A quién se le ocurre?! Es muy primario verlo así, jamás hicimos eso. También es primario creer que entramos en internitas locales. Lo nuestro es más general, más universal si se quiere. Estamos convencidos de que ese tanque de guerra sólo adquiere sentido con la palabra PAZ. El sentido actual del tanque de guerra es insultante al sentido común, a la juventud, a la humanidad, por más buena fe que hayan tenido sus promotores, y que no ponemos en duda aquí.
Si no decidimos algo hoy sobre esto, vendrán otros vecinos de Oro Verde mañana a hacer el mismo planteo porque es una verdad que hiere los ojos. Con ideas como la nuestra (perfectibles, claro) tal vez evitemos males hacia el futuro. No hay que ser radical, peronista; de izquierda, de derecha o de centro, no hay que ser cristiano o ateo, obrero, juez o desocupado, rico o pobre, para advertirlo: ese tanque de guerra no traerá más que discordia. Así como está, para muchos de nosotros es y seguirá siendo una pesadilla, o en el mejor de los casos una vergüenza, un mal chiste.
Queremos pedir disculpas si alguien se sintió ofendido con nuestra pintada. Sólo quisimos mejorar el aspecto y hacerlo con impacto. Lo conversamos con muchos, y todos creímos que así sí podía ser un monumento y seguimos convencidos: con esta idea el monumento se hace carne, y podemos salvarnos del ridículo, e incluso del dictamen de algún fiscal comprometido que algún día lo verá como la provocación que es y actuará en consecuencia. Es caprichoso pensar que hicimos “daños”. ¿Qué destruye más, un viejo tanque de guerra como símbolo de bienvenida, o las palabras Amor, Paz, No a la guerra, Argentina? ¿Qué nos representa mejor, el camuflaje guerrero o las flores?
La instalación de ese tanque de guerra se hizo incompleta, lo que hicimos fue completarla. Nuestro propósito fue humanizar ese artefacto frío y mortífero, pintándole corazones, y ejercimos la ciudadanía creyendo representar el interés común en una sociedad panzaverde, que se identifica con el Amor y el ensueño y la lucha por ideales, y jamás con la violencia y el terror o en solazarse en los instrumentos de muerte. Y no es que nos creamos “iluminados” interpretando el interés común: es una obviedad, es tan evidente que no requiere fundamentación.
Respecto de la forma en que fuimos demorados, no tenemos rencores. No hemos pedido ninguna medida contra nadie ni denunciamos a nadie (nos quedamos con ganas de una sillita, y del asado). Creemos, sí, que así como nosotros cometemos errores, también la fuerza de seguridad los comete y la sociedad debe poner eso en cuestión. Nosotros pintamos el tanque de guerra, lo admitimos desde el primer momento, nunca lo ocultamos. Sólo llevábamos pinturas en aerosoles, nada más, y lo hicimos no a las disparadas sino con mucha tranquilidad. Nos dimos tiempo para pintarlo entero, bien pintado, y tomarle fotos para demostrar que puede haber otro mensaje muy humano desde esos mismos fierros violentos, y la idea se nos complicó porque los efectivos policiales nos detuvieron al interpretar, sin tiempo para leer las palabras y los símbolos, que estábamos en infracción. No queremos detenernos en “maneras” que preferiríamos dejar aparte, porque cambiaríamos el eje de la discusión, pero sentimos que fueron más reflejos del tanque que de los pintatanques.
Gracias por su atención y hacemos votos por una Oro Verde participativa. En ese caso, si hubiera una Consulta Popular a todos los habitantes de Oro Verde sobre el tanque de guerra, participaremos con gusto en una discusión de adultos. Qué bueno sería preguntarle a la comunidad, preguntarnos a todos, y que al final del escrutinio no haya vencedores ni vencidos, que todos sin distinciones, sin divisiones estériles, hayamos ganado en convivencia. Nosotros estamos seguros de que el 90 % de los vecinos de Oro Verde queremos un monumento que no celebre la guerra. Avancemos entonces hacia una comunidad que conversa sus cosas y levanta la mano para opinar con libertad, sin ataduras ni prejuicios ni partidismos que no vienen al caso, y defendiendo virtudes e ideales altos.
Todo sea por una Oro Verde y una Entre Ríos bellas, creativas como son, en todo sentido. ¡GRACIAS!

Jairo, Juan Manuel, Santiago y muchos más. Entrerrianos pintatanques de corazón.