sábado, 28 de julio de 2007

Agradecimientos a quienes nos apoyan

Agradecimiento de Viento de Libertad


Los integrantes del grupo Viento de Libertad, con sede en Oro Verde, agradecemos la solidaridad que recibimos de numerosas personas e instituciones, cuando se enteraron de que el intendente de Oro Verde pidió graves sanciones, incluso la cárcel, al acusarnos de pintar las palabras “Paz”, “Amor” y “Argentina” en un viejo tanque de guerra.
Primero queremos agradecer al abogado y amigo José Iparraguirre que siempre estuvo a nuestro lado, desde que fuimos detenidos. También a la asociación Barriletes que reunió a diversas instituciones y dirigentes y expuso nuestra situación.
También agradecemos al pueblo de Oro Verde, que primero reclamó en Multisectorial contra el Tanque, y luego del procesamiento pidió el retiro del tanque de ese lugar o una Consulta popular, junto a dirigentes de distintas ciudades.
Al Servicio de paz y Justicia (Serpaj), cuyos integrantes nos manifestaron su solidaridad.
Agradecemos además a los numerosos personas e instituciones que pidieron que la Justicia nos desprocese y que el intendente derogue el decreto. A Concejales de Oro Verde que reconocieron que nunca votaron por ese “monumento” al Sherman. A nuestros compañeros estudiantes y centros de estudiantes que expresan de distintas maneras su adhesión. A las y los periodistas y los medios de comunicación, que se mostraron muy atentos a la situción; a nuestros familiares. A los artistas, docentes, estudiantes, empresarios, obreros, amas de casa, dirigentes sindicales, poíticos, etc.
Agradecemos especialmente al señor Enrique Pereyra que nos dio una mano fenomenal, divulgando la situación adentro y afuera de la Unión Cívica Radical. Por supuesto a la CTA y Agmer que difundieron nuestra situación y nos acompañaron.
También agradecemos a Jorge Daneri y la fundación M’ Biguá, al presidente del Comité Provincial de la UCR, al presidente de la Juventud Radical Nacional, a los dirigentes que presentaron una carta de desagravio ante este comité, a los numerosos dirigentes y legisladores como Lucy Grimalt, Beatriz Montaldo, Julio Majul, Fabián Rigel y Osvaldo Fernández.
A Ricardo, el primo del intendente Carlos Schmidt, que nos envió un saludo muy sentido desde Buenos Aires.
Al ex Fiscal de Investigaciones Administrativas Oscar Rovira, a Osvaldo Quiroga y a la revista El Colectivo, a los miembros de M.A.R. y demás agrupaciones artísticas, al presidente de la Corporación del Desarrollo de Gualeguaychú Enrique Castiglioni, a la Unión de Estudiantes Secundarios. A Norberto Levy y Gualberto Ocampo.
A la Asociación Judicial de Entre Ríos, al Movimiento 20 de diciembre, al Centro de Estudiantes Facultad Cs. De la Educación, Centro de Estudiantes de Ingeniería (UNER), al sitio www.accesolibre.org , a La Red de Participación Popular, a la agrupación Todos por Fernanda, a H.I.J.O.S. (Paraná), a AGMER Provincial, a AGMER Paraná, a SIMECA E.R. (Sindicato Independiente de Mensajeros y Cadetes), al Movimiento Trabajadores Mercantiles, a C.A.T.S. (Confederación Argentina de Trabajadores de Servicio), a la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA), a la Fundación Eco Urbano, a Fundación Incluir (Gualeguaychú), a la Asociación de Profesionales Universitarios de la Comunicación ( A.P.U.C.); a la Fundación Mujeres Tramando, a la Unión Vecinal Oro Verde; a Juan Martín Basgall, Juan Manuel Jiménez, Marcela Di Luscio, Juan Casís, Ricardo A. Sánchez, Silvina Calveyra, Andrea R. Retamar, Verónica Nardín, Héctor Godoy, Claudia Genolet, Silvia Ayala, Silvia G. Díaz, Pablo A. Acosta, María Sol Acosta, Estefanía Macchi, José Luis Dume, Luis A. Toso, Ernesto R. Roth, Jorge Basso, Elena Riegelhaupt, Mónica Ormache, Maximiliano Zené, Yanina Franco, Cristian Lara, Dafne Cis, Oscar Londero, J. Carlos Vicentín, Sergio Elizzar, Jessica Pérez, Nelson Edgardo Vera, Mariana Casas, M. Florencia Albornoz, Matías Germano, Daniel Camiolo, Miguel Pita, y muchos otros que escribieron cartas a los medios, hablaron por las pantallas o la radio, llamaron por teléfono, colaboraron de muchas maneras, o tuvieron expresiones de simpatía por la situación que afrontamos.

martes, 24 de julio de 2007

Oro Verde. Tanque de Guerra. Familia Maiztegui

Irregularidades en Oro Verde y Villa Urquiza (Entre Ríos)

Los Maiztegui en la mira


Lo que no habían podido diversas denuncias periodísticas lo lograron los jóvenes pintores del tanque de guerra: colocar en el foco a Horacio Maiztegui Martínez, asesor legal del municipio de Oro Verde y una de las máximas autoridades del Congreso de la Unión Cívica Radical; y a sus padres Horacio Maiztegui Marcó, Procurador Fiscal en esa comuna y ex ministro de la dictadura, y Zaida Martínez de Maiztegui Marcó, escribana única de ese municipio.



Lo sorprendente de la modalidad de trabajo de esta familia de profesionales paranaenses es que repiten exactamente sus procedimientos en Oro Verde y Villa Urquiza, dos municipios con vieja tradición radical y vinculados, en la interna de ese partido, a la familia Varisco Mastaglia.

Es que el Decreto número 33 de la comuna, que denuncia a los pintores del tanque de guerra, hace referencia en varias oportunidades a la Asesoría legal, y esto sirvió para que los vecinos de Oro Verde aclararan que ese cargo es compartido por los Maiztegui padre e hijo, y que el modelo de trabajo en familia es similar al que fue denunciado en varias oportunidades en Villa Urquiza desde hace por lo menos una década.

El 17 de mayo pasado, bajo el título “La plata de la otra campaña”, el periodista Juan Cruz Varela denunció en el semanario Análisis que “el municipio de Villa Urquiza habría fraguado una licitación para una obra de tendido de la red cloacal y utilizado ese dinero para la campaña electoral de 2005 en la que el intendente Hugo Appelhans era el tercer candidato a diputado nacional en la lista que encabezaba Sergio Varisco”, e involucró en los detalles al entonces asesor legal de la comuna, Horacio Maiztegui Martínez, a quien adjudicó la tarea de realizar la arquitectura jurídica para el llamado a licitación, con una serie de vicios.

“Se trató de una maniobra para desviar ese dinero a la campaña del radicalismo. A tal punto queda demostrado ello, que Dionisio José Abellaneda actualmente tiene un contrato en el Congreso Nacional porque se desempeña como chofer de Sergio Varisco; y Horacio Maiztegui Martínez, que desde hace varios años es asesor legal del municipio de Villa Urquiza, es el presidente de la Mesa del Congreso del Comité Capital de la UCR y era el locatario de la casa en la que la empresa Constructora San Francisco SRL había fijado domicilio legal a los efectos de esta licitación y en la que vivía el propio Abellaneda. ‘La verdad es que Appelhans es un buen tipo pero tiene pocas luces, no pudo haber armado esto. Ahí hay otra mano’”… Frente a la gravedad de las denuncias, Maiztegui optó por callarse.

El silencio del profesional provocó descontento en las filas de la UCR, pero eso se convirtió en ira cuando se reveló el sistema de trabajo de toda la familia en los dos municipios y se apuntaron las escasas luces de los asesores legales del intendente de Oro Verde, al punto de provocar un papelón con motivo de los graffitis. Ayer transcendió que media docena de dirigentes de renombre presentarán documentación en el Comité Provincial contra las actuaciones de Maiztegui, para que el Congreso analice su conducta, y se supo que el propio presidente del Comité, Raymundo Kisser, llamó por teléfono a los jóvenes procesados para pedirles disculpas y ponerse a su disposición. Lo mismo hicieron dirigentes nacionales de la juventud, y numerosos radicales de la provincia.

Todo se hizo más patético cuando en la comunidad, y en particular entre los simpatizantes de la UCR, se supo del Decreto de Oro Verde que cantaba loas al Ejército de “siempre”, calificaba de “agraviante” la palabra “Argentina”, y pedía condenas para los artistas, y más cuando en Oro Verde señalaron que el asesor paranaense no estaba solo allí, sino con sus papás.

El hecho trajo a la memoria un antecedente poco edificante de Horacio Maiztegui Marcó (padre): su participación durante la última dictadura como Secretario de Estado de Bienestar Social en el gobierno provincial. Y otro antecedente que habla de reincidencias varias: ya en 1998, hace casi una década, un semanario local titulaba “El poder de los Maiztegui”, y hacía referencia a las incompatibilidades de Maiztegui hijo asesorando a la vez a dos municipios, y a los contratos que beneficiaban a los Maiztegui padre, madre e hijo en Villa Urquiza. Exactamente lo mismo que en la Oro Verde de hoy.

Frente a la acumulación de descontentos y acusaciones, numerosos políticos pidieron al intendente de Oro Verde que anulara el decreto de acusación, al tiempo que reclamarían al Congreso que tome cartas en el asunto que involucra a las dos comunas. Así las cosas, los dirigentes que tuvieron protagonismo en el club estudiantes, el Rotary Club, Acludepa, el Colegio de Escribanos y la UCR, sin contar el paso de Maiztegui Marcó por la dictadura, durante el gobierno del brigadier Rubén Di Bello, fueron puestos abruptamente en la mira y no del tanque precisamente. En Oro Verde, algunos dirigentes del partido vecinal que tomará las riendas de la comuna en diciembre ya estudian qué hacer con el tanque y sus defensores. Por lo pronto, se preguntaron en forma pública cuántos ingresos obtuvo toda la familia en los últimos tres lustros, pero aún no lograron respuesta.

viernes, 13 de julio de 2007

Vecinos de Oro Verde pidieron que retiren el tanque de guerra

Más de 200 vecinos de Oro Verde y 30 dirigentes de distintas ciudades de la provincia entregaron hoy una carta dirigida al intendente Carlos Schmidt –UCR-, para pedirle que retire el Monumento al Tanque de Guerra instalado en esa ciudad.
También manifestaron su solidaridad con los manifestantes que repudian al tanque las Máximas autoridades del radicalismo provincial y nacional, con lo cual quitaron todo apoyo a la denuncia presentada por el mandatario comunal contra estudiantes que pintaron las palabras Paz y Amor sobre el artefacto bélico, y terminaron procesados por el juez Héctor Vilarrodona.
Estudiantes universitarios y del secundario, docentes, artistas, profesionales, empleados, gremialistas, comerciantes y periodistas firmaron el pedido, todos ellos habitantes de la ciudad firmaron el documento, pero se sumaron al reclamo dirigentes conocidos en la provincia como Sergio Elízar, secretario general de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos, Agmer; Edgardo Massarotti, secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado, ATE; el sindicalista y ambientalista Tomás Caíno, el dirigente de la Corriente Clasista y Combativa Alejandro Sologuren, el periodista Juan Carlos Bettanin, el fotógrafo Martín Toyé, entre otros.
La directora de la escuela Alfredo Alfonsini, Anexo Alberdi, Nora Restano, y la ex directora de la escuela Rosario Vera Peñaloza, Silvia Díaz, ambas de Oro Verde, e incluso el director de la Carrera de Historia de la Universidad Nacional del Litoral, Luciano Alonso, o el músico Ernesto Méndez y su esposa, la profesora Branda Espinosa, se sumaron al reclamo contra el Monumento belicista.
“Si las autoridades legislativas y ejecutivas de Oro Verde entienden que, por alguna razón que se nos escapa, esa máquina bélica puede quedar allí, pedimos que se analice la posibilidad de convocar a una consulta popular en la que participen todos los vecinos”, dicen los firmantes y agregan: “y si no ven viable esta alternativa, sugerimos entonces que permitan que los artistas locales y de la región expresen sobre ese vehículo los profundos sentimientos de paz y amor que caracterizan al pueblo entrerriano”.
Por otra parte, los estudiantes procesados informaron que recibieron decenas de adhesiones, incluidos docentes, legisladores provinciales, dirigentes políticos y de instituciones intermedias, pero además el presidente del Comité Provincial de la Unión Cívica Radical, Raymundo Kisser, los llamó por teléfono y les manifestó su solidaridad. El secretario del Comité, Bruno Frizzo, les dijo además que adhería absolutamente a las expresiones pintadas sobre el tanque.
El presidente del Comité Nacional de la Juventud Radical, Emiliano Afara, publicó una carta de “repudio, tanto hacia el obrar de la justicia penal, que roza el ridículo, como respecto a la denuncia de asociación ilícita presentada desde una Municipalidad gobernada por hombres de nuestro partido”.
“No hacía falta acudir a la justicia penal si se querían eliminar las palabras pintadas de “Paz”, “Amor” y “Argentina” hechas sobre un tanque que se esta desgastando, felizmente sin guerras. Desde ya que nos quedamos con las pintadas hechas por Juan Manuel Marengo, Jairo Xavier Fiorotto y Santiago Fiorotto, hacia quienes va nuestra solidaridad. Por otra parte, el caso constituye un claro ejemplo de dispendio jurisdiccional por parte de la justicia penal. Los juzgados de instrucción –o fiscalías- debieran ocuparse de asuntos más serios, aunque toquen intereses poderosos”, dijo Afara.

LOS MAMÍFEROS IDÓLATRAS

“No los une el amor sino el espanto. Por eso les temo tanto”.

Juan Sasturain


I

En el centro cívico de Asunción del Paraguay, frente al Congreso de la Nación, hay un tanque de los “Vickers ligeros” –una serie de blindados anterior a la Segunda Guerra Mundial–, que fue puesto como monumento. Se trata de uno de los tres tanques de guerra que Bolivia usó contra el Paraguay en la guerra del Gran Chaco: los bolivianos los recibieron como parte de un acuerdo de tres millones de libras esterlinas que habían firmado con la corporación inglesa de armamento, mientras se preparaban para la guerra, y un equipo de instructores alemanes les enseñaron a usarlos. Entonces, Bolivia tuvo el dudoso honor de ser el primer –y hasta hoy el único– país sudamericano en utilizar tanques en batalla en una guerra abierta declarada contra otra nación en suelo sudamericano. Los paraguayos, que eran demasiado pobres, y apenas si podían equipar a su ejército con armas de mano, montaron una cuadrilla especial y fueron a la caza de los tanques con el cuerpo. Buscaban el modo de detener el tanque y lo sitiaban hasta que sus conductores se dieran por vencidos. De los tres tanques, uno fue destruido, y dos capturados. Uno fue devuelto a Bolivia, y el otro fue puesto allí, en Asunción, como emblema, en una plazoleta que separa el Congreso de una villa miseria. El motivo de que el tanque esté como monumento, explican los paraguayos, es recordar que nunca debe haber guerra otra vez entre países hermanos. Pero, por las dudas, alguien se encargó de actualizar el blindado con un detalle significativo: los cañones apuntan derecho hacia la legislatura.



II

La madrugada del 25 de mayo de 2006, la Policía detuvo con disparos de armas de fuego y pistola en mano a tres jóvenes, acusados de decorar el monumento al tanque de guerra ubicado en la ruta 11, en el ingreso de Oro Verde. El acta de inspección policial de esa noche es increíble: “…El cañón se encuentra pintado con diversos colores sobre el color militar originario, sobre su lateral derecho teniéndose en cuenta que se lo mira de frente se lee la palabra PAZ en letra mayúscula imprenta de color rojo y azul, y en la parte trasera tiene escrita la palabra AMOR, al costado derecho la palabra PAZ nuevamente…”. El decreto de la Municipalidad para denunciar penalmente a los autores, un día después, es mejor aún: habla de “insignias y pintadas agraviantes a toda una comunidad”; repudia la actitud hacia este “homenaje al Ejército Argentino” que “siempre ha luchado conforme su mandato para salvaguardar los destinos de nuestra Patria” y pide una condena de hasta diez años por “Asociación ilícita”. Ahora, ay dios, un año más tarde y después de haberlos llamado a declarar cuatro veces, el juez Héctor Villarrodona decidió procesar los pintatanques por daños calificados.



III

Por momentos, la evolución de este asunto resulta tan absurda que desborda cualquier análisis. Tratar de comprender qué piensa y cómo piensa esta gente (los policías, la Municipalidad y sus asesores, el juez; todos) se hace imposible. Como hecho concreto, sin embargo, la noticia me despierta un temor tribal: hay un grupo de gente gris y estúpida, que no sólo se dedica a dictar o a ejecutar habitualmente acciones mediocres o dañinas, si no que además poseen el suficiente margen de acción como para tratar de imponer su mirada hasta en estos límites. O están convencidos que hay una mayoría que piensa igual, o son terriblemente brutos, o les importa tres carajos lo que la gente piense de esta demostración absurda de poder, y del contrasentido que significa (el Estado soy yo; a mí no me toqués mi tanque; acá vos hacés lo que yo digo). En cualquiera de los tres casos, es para temblar de miedo. El temor tribal es preciso: hay una asociación ilícita de soldados de la licuadora y el orden, una tribu de mamíferos idólatras de los cañones y la disciplina, una horda primitiva que se rasca las axilas a gusto delante de un tanque inútil, y que harían mover a la risa si no fuera porque son capaces de poner a rodar las imbecilidades más increíbles y avanzar con la misma soltura en la definición de límites para la vida colectiva.



IV

Vamos, vamos, ¿la Patria? Vamos ¿la Patria? Yo no tengo nada que ver con esta gente que adora la lata militar: la ubicación geográfica, el azar, y el arbitrio burocrático nos condenan a esta convivencia; rasgarse las vestiduras por las grandes palabras siempre ha sido emblema de hipocresía. El avance del mamífero idólatra sobre la vida puede sumir a la gente a ese terreno donde las palabras son las cosas: tanque es Ejército, Ejército es Patria, la Patria soy yo que quiero tener un tanque en el patio, el pintatanques es enemigo de la Patria. Parece estúpido, pero no lo es. Las consecuencias para la vida (“Ser es arder, en el sentido más estricto del término”, como dice Henry Miller) pueden ser terribles. Si pudiese torcer la mirada de un tanque secuestrado a los bolivianos, no me alcanzarían los cañones para sentirme seguro entre esta gente.

Eliezer Budasoff (ANÁLISIS)